CORMODE, Graham and Balachander Krishnamurthy. Key differences between
Web 1.0 and Web 2.0. [en línea]. First Monday, vol. 13, n. 6, 2 June
2008. Disponible en: http://journals.uic.edu/ojs/index.php/fm/article/viewArticle/2125/1972]
Cormode y Krishnamurthy analizan en su artículo “Key differences between Web 1.0 and Web 2.0“ , las principales disparidades entre estos dos estadios de la web en términos de actividad y uso.
Cormode y Krishnamurthy analizan en su artículo “Key differences between Web 1.0 and Web 2.0“ , las principales disparidades entre estos dos estadios de la web en términos de actividad y uso.
El artículo comienza destacando que en la web 1.0 primitiva,
los usuarios se consideraban consumidores de información y contenidos, mientras
que en la web 2.0 los usuarios también son creadores de contenidos de forma
colaborativa, siendo ésta quizá la principal diferencia que podemos encontrar
entre ambas web; la participación se convierte en un elemento clave: los
usuarios elaboran información, la comentan, la etiquetan, insertan contenido de
una página en otra y van creando una inteligencia colectiva y una cultura de la
implicación de todos los usuarios que quieran participar.
De las
características de la web 2.0 que se señalan en el artículo, se aborda una que
tiene especial importancia como es la estructura del sitio: la web 2.0 es más
dinámica, interactiva y personalizable
por el usuario, es decir, aumentada/modificada por éste mediante texto, audio,
vídeo... Y claro está, esto es debido no sólo a la presencia de links genéricos
como en el anterior estadio de la web, sino también a otras características de
la web 2.0 como son la suscripción a feeds RSS por ejemplo o a grupos o
círculos de amistades en las redes
sociales.
Además, las
webs 2.0 ofrecen a los usuarios la
posibilidad de pasar el mayor tiempo
posible visitando las páginas para sugerirnos publicidad o sus propios
productos-servicios por ejemplo, e intentando retener al usuario el mayor
tiempo posible. De hecho se menciona una situación denominada “portalización”
en la que muchas webs 2.0 invitan al
usuario loggerse para operar en ellas sin la necesidad de tener que salir fuera
de la misma buscando otros servicios que éstas
mismas ofrecen.
Por otro lado,
también se señalan otros aspectos tecnológicos de la web 2.0 como es la
posibilidad de utilizar API´s públicas, por ejemplo en Facebook, de manera que
los usuarios puedan implementar aplicaciones aplicaciones a su cuenta y añadir una serie de mejoras para que éstos puedan incluir el
contenido de gran variedad de fuentes de información.
También se menciona
en el artículo como rasgo diferenciador de la web 2.0, la aparición de AJAX, que en realidad no es una tecnología
sino la unión de varias como puedan ser XHTML o JavaScript y que se utiliza
fundamentalmente para que el usuario pueda realizar cambios sobre la
misma página sin que se recargue, por ejemplo, cada vez que elige una opción o
pincha en un enlace. De manera similar actuaría Flash, de Adobe, que se
convierte en un elemento muy útil en la
reproducción de vídeos, como los de Youtube, ya que es mucho más fácil de
instalar que otras aplicaciones de reproducción de vídeo, si bien Windows por
su parte con Silverlight, está intentando competir con Adobe ofreciendo
características similares a las de Flash.
Otra
característica que aparece en el artículo tiene que ver con las medidas del
tráfico. En la web 1.0, estas mediciones eran sencillas y precisas. Sin
embargo, en la web 2.0 estas mediciones presentan un factor de complejidad más
elevado, pues esta nueva web ha impuesto nuevos modos de navegar por las
páginas y nuevos formas de relacionarse con los contenidos que ofrecen los
sitios. Actualmente hay otros aspectos que se valoran con mucha
importancia, como puede ser la participación activa a través de comentarios, la
creación de contenidos, participación en comunidades, frecuencia de uso de los
usuarios en las redes sociales, el número de seguidores de dichos usuarios o el
tiempo de conexión. Este último
concepto creo que es muy importante ya que refleja la capacidad de cada web de
retener al usuario en sus páginas, de ofrecerle un contenido o servicio
interesante, de captar su participación en definitiva.
Por estos
motivos, me surge sin embargo la duda de si el criterio de medición de las
páginas web visitadas sigue siendo correcto y fiable, teniendo en cuenta que
ahora en la web 2.0 se cuenta con la presencia, como señalamos anteriormente de
AJAX, el cual nos permite interactuar con el contenido de una página sin tener
que salir de ella ni volver a cargar.
Continuando con la posibilidad de establecer indicadores
para los servicios 2.0, podríamos señalar que un buen indicador del grado de
éxito de una web podría ser el de usuarios registrados, si bien es cierto que
de poco sirve tener a muchas personas que se han dado de alta si luego no
utilizan esos servicios. Otro indicador, como ya señalamos es el tiempo de visita
que un usuario pasa durante una visita a una página web. Estos tiempos varían
en función del tipo de webs que consultemos: así, será diferente el tiempo que
permanezcamos por ejemplo en una página para conocer el tiempo meteorológico, del
que podamos pasar en Twitter o Facebook, donde permanecemos largos ratos
leyendo contenidos o subiendo-descargando información.
Por último comentar sobra la tabla 1 que todas las características que se señalan me parecen relevantes a la hora de analizar sitios web. Sin embargo, añadiría dos apartados más para su evaluación, como son el impacto de nuestra institución, opinión, etc. en la comunidad virtual en la que se inserta y las cuestiones relacionadas con la privacidad y seguridad del usuario. En el primer caso, ya sabemos que es fundamental, especialmente para muchas empresas o instituciones, conocer el número de followers, seguidores, “me gusta” o “+1” con que cuentan y su influencia entre el resto de la comunidad. Sin embargo, creo que quizá aún más importante que esto es conocer el impacto que pueda tener nuestro mensaje entre la audiencia, es decir qué grado de interacción y la participación ha sido capaz de generar un contenido publicado.
Respecto a la segunda
cuestión, la de la privacidad de un sitio o red social resulta fundamental en
la actualidad. La capacidad de una página web para configurar diferentes
niveles de privacidad, de forma que sea el usuario el que pueda decidir qué
información comparte parece un aspecto crucial a la hora de analizar una página
web. Parece lógico que estas redes permitan adoptar diferentes tipos de
relaciones (personales, laborales, etc) o de confianza de manera que se permita
un mayor o menor número de restricciones y permisos. Por eso, será el usuario
el que tenga la última palabra a la hora de hacer públicos los contenidos o
perfiles, aunque desde mi punto de vista, creo que una buena opción sería la de
buscar una posición intermedia entre la más cerrada privacidad y la ausencia
total de permisos.
Un post muy completo Ángel. Haces una disección del artículo muy detallada y te centras en lo esencial del mismo. También me parecen muy pertinentes tus propuestas sobre los indicadores para medir las nuevas herramientas sociales, y acabas centrándote en el tema de la privacidad, que desde luego es algo inquietante y que genera siempre muchas dudas a la hora de darse de alta e interactuar con estas herramientas. A mí, que desde luego no soy un usuario experto en nada, cada día me soprende Facebook con alguna peculiaridad, por decirlo de manera fina, o atropello a mi intimidad, por decirlo de manera gruesa. Enhorabuena por tu post.
ResponderEliminarHola Néstor
ResponderEliminarGracias por tus palabras ;-)
Acabo de hacer un comentario también en tu entrada de la lectura de Cormode y Krishnamurthy.
Efectivamente, la cuestiones de la privacidad y la confindencialidad de los datos me parecen fundamentales hoy día. Y si no, que se lo pregunten a Estados Unidos con el asunto Wikileaks...
Pero bueno, no hace falta apuntar tan alto. Hace poco, en febrero creo recordar que fue, Twitter reconoció un fallo de seguridad que dejó al descubierto cientos de miles de cuentas y sus servidores estuvieron caídos durante varias horas.
Y es que creo que, al contrario de lo que sucede en la vida diaria, en la que uno ve de dónde proviene la amenaza (al conducir un coche por ejemplo), en Internet no tenemos tan claro de dónde puede venir el peligro...
Un cordial saludo, Néstor
Una lectura interesante del artículo, Ángel. Y buenas reflexiones sobre el tema de la privacidad, Néstor. De la reflexión sobre el artículo, me ha gustado la mención actualizada a tecnologías como Silverlight: creo que a ambos, Silverlight y Flash, se les puede atragantar HTML 5. ¿O no? El tiempo lo dirá.
ResponderEliminarEn cuanto a los atropellos a la privacidad (o a las "mejoras" según FB), ¿os habéis fijado en el artículo que menciono en la página de G+? ¿Qué os parece?